La novelista y ensayista será la protagonista hoy del nuevo encuentro con autoras ‘Ellas escriben II’ de Torremolinos.
Posadas hablará especialmente sobre su más reciente novela, La maestra de títeres, un retrato de la alta sociedad madrileña en seis décadas. La cita será a las 19.00 horas en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso, con entrada libre hasta completar el aforo.
¿La alta sociedad es buena cantera de maestras de títeres?
Por supuesto. Pero eso no es patrimonio de esa clase. En todas partes cuecen habas.
¿De qué materiales está hecho el glamour?
Es curioso señalar que la definición de glamour en el Diccionario Oxford es la siguiente: «Brillo falso y engañoso».
¿El papel cuché envuelve muchas farsas?
Casi todo lo que se cuenta en el papel cuché está tuneado, edulcorado o falsificado. Es algo así como creer en los Reyes Magos. Todos sabemos que no existen reyes de esas características, pero todos soñamos con ellos y creemos a pies juntillas.
¿La feria de las vanidades ha perdido mucho con el famoso televisivo?
Se ha abaratado mucho. No es lo mismo seguir la vida y milagros de Grace Kelly o de Jackie Onassis que la de Belén Esteban y Kiko Matamoros.
¿La España negra y la rosa son caras de la misma moneda?
A veces tienen puntos en común pero cada uno tiene sus características. La rosa pinta el lado amable de la vida, pero a veces se tiñe de negro cuando meten en la cárcel a Pantoja o a Ortega Cano.
La imagino con una sonrisa escribiendo ciertos pasajes.
Sí, yo me río mucho mientras escribo. De hecho, me río mucho en general, incluso de mí misma. O tal vez debería decir, sobre todo de mí misma.
Beatriz, Ina, Gadea. ¿Hay algo de la autora, de Carmen Posadas, en ellas?
En cada una de ellas hay algo mío. En Beatriz tal vez ambición (la mía es un poco más sana que la suya). En Ina, el idealismo, el estoicismo. En Gadea, la curiosidad, las ganas de desvelar todos los secretos.
«Los que cortan el bacalao» eran los Barreiros, los March, los Villalonga. ¿Y ahora quién manda en la pescadería?
[Risas] Ahora hay muchos pescaderos y duran muy poco en las pescaderías.
¿En la progresía intelectual hay pijerío?
Por supuesto. Y no solo eso, también hay mucho esnobismo, mucho prejuicio y mucho «nosotros somos los mejores».
¿Lola Flores sabía bien cómo se las gastan los ricos?
Era listísima y los sabía manejar muy bien, sabía que ellos se codeaban con ella porque les daba un color folclórico a sus fiestas y se valía de eso para conseguir lo que ella quería.
«La verdad no interesa a nadie», según un personaje de su novela. ¿Qué hay de verdad en su novela?
Como dice Vargas Llosa, en literatura uno miente para decir la verdad. Todos los personajes, salvo los cameos que salen, son ficticios. Pero todos actúan como personas que he conocido y conozco.
¿Se ha permitido el placer de alguna venganza de carácter literario?
En este libro no. Pero en otros sí. Cuando alguien me cae mal, lo convierto en personaje y lo mato. Es de lo más terapéutico. Se queda una como nueva.
¿El mundo que retrata en este libro está lleno de pequeñas infamias?
¿Y cuál no? Las pequeñas infamias son muy peligrosas. Las grandes concitan la piedad de otros, pero las pequeñas pasan inadvertidas. A veces incluso no se descubren hasta muchos años más tarde.
¿Las amistades peligrosas suelen ser las más interesantes?
A mí me interesan mucho. Son fascinantes, antes era muy proclive a caer en ellas. Ahora las miro (y estudio) desde lejos.
¿Hay sitio para la honestidad en los mundos que retrata?
¡Claro! Yo no creo en los malos malísimos y en los buenos buenísimos. A veces una persona buena hace algo terrible y otras un malvado tiene un rasgo de generosidad inesperada. Todo cabe en la naturaleza humana.
¿Cómo son las bibliotecas de la alta sociedad?
Algunas son realmente estupendas, otras son solo decorativas y, con frecuencia, son inexistentes.