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Semana Negra de Gijón 2011

«Todas las revoluciones son sangrientas»
Carmen Posadas presentó en el festival Semana Negra de Gijón su última novela, ´Invitación a un asesinato´, en la que trata «las cosas más terribles con cierta distancia»

-¿A quién invita a cometer un asesinato?
-La novela es, en principio, un homenaje a los clásicos anglosajones del género, pues aunque ahora parecen estar más de moda los nórdicos, yo les noto falta de sentido del humor. La historia es la de una mujer, Olivia Uriarte, a la que acaba de abandonar su marido por otra chica más joven, dejándola en una situación económica precaria. De modo que decide planificar su propio asesinato, para lo que se embarca en un velero, al que convoca a todos sus enemigos. Es importante el papel que desempeña su hermana, Ágata, investigando las circunstancias que rodean el asesinato.

-¿Y usted aplica el humor al caso?
-Se puede hablar mejor de las cosas más terribles con cierta distancia. Los asuntos serios, pueden abordarse desde un cierto humor. Por el medio, están temas como la eutanasia, las adopciones fallidas -que hacen que se trate a los niños como perritos; ahora, lo quiero, ahora, no lo quiero-, los niños robados -que cuando comencé a escribir la novela no tenían tanta actualidad como ahora-, la rivalidad entre hermanas, la muerte… Sin abandonar el humor.

-Las mujeres son protagonistas en sus obras. Lo que no cambia es el panorama social, que nos sigue proporcionando cada día nuevos casos de violencia de género. ¿No hay antídotos?
-El gran protagonismo de los siglos XX y XXI ha sido la revolución de la mujer, que comenzó con la píldora y se ha mantenido hasta ahora. Ocurre que todas las revoluciones son sangrientas. Y estas mujeres que sufren la violencia de género son el precio de la sangre que se produce en este proceso. Desgraciadamente, no cesará hasta que los hombres reencuentren el nuevo papel que les asigna una relación distinta entre los dos géneros. No soy optimista. Los hombres están haciendo un esfuerzo por borrar la herencia machista secular, pero queda un machismo residual difícil de erradicar.

-Uno de los perfiles de su personalidad, siendo hija de diplomático, es una biografía itinerante. A los doce años, se va de Uruguay y reside en Argentina, en Inglaterra, en Rusia… ¿Qué le ha enseñado fundamentalmente ese nomadismo?
-La mayor ventaja de viajar es que enseña que existen muchos mundos, en el mejor sentido de la palabra. Que el plato más sabroso no tiene que ser necesariamente el que lleva las lentejas de la madre, que la torre de la iglesia de tu pueblo no es la más alta y que la vecinita de enfrente puede que no sea la más guapa. Te enseña a ser tolerante y humilde.

-¿Y qué enseñanza ha sacado de la Semana Negra, a la que ya acudió en 2007? ¿Conoce el enfrentamiento que existe entre la organización y el rectorado de la Universidad?
-No conozco en detalle ese enfrentamiento. Es la segunda vez que acudo a la Semana Negra y lo más interesante es que la densidad cultural que desarrolla, huye de la pedantería y no se encierra en una torre de marfil, que suelen ser torres muy altas y muy aburridas. La Semana Negra entiende la literatura del modo en el que se concibió en su origen, como aproximación popular, en la que es importante entretener. Si después, se da la reflexión, perfecto.

-¿Continúa abogando por la ´fórmula Dickens´ en su concepción de la literatura?
-Hay dos tipos de escritores, el elitista y el popular. Y hay muy pocos autores que se quieran desenvolver en ambos terrenos. Dickens fue uno de ellos. Sin querer compararme con Dickens, por supuesto, creo que es posible llorar con Oliver Twist, al tiempo que se desvelan a través de una sátira los rasgos inmisericordes de una sociedad.

-¿Qué evolución ha visto en la novela negra en los últimos años?
-Goza de una extraordinaria salud, que no hace más que reforzarse. Vivimos una edad de oro de la novela negra. Ya ha dejado de ser un subgénero que sólo pretendía obtener un número mayor de lectores Se ha convertdio en un género dignísimo.

-Por acudir a la actualidad. ¿Sucesos como el que acaba de producirse en Oslo, con decenas de muertos, al parecer asesinados por la ultraderecha, pueden esconder detrás una trama negra?
-Creo que tiene que ver con el fenómeno del auge de la ultraderecha. Llama la atención y alarma que se produzca en países que siempre hemos considerado muy civilizados, y no en los latinos, que tenemos fama de bestias. No creo en las tramas negras, sino en los efectos colaterales de un mundo mestizo, que por otra parte es la única receta contra el racismo.

-¿En qué proyectos está trabajando estos días?
-En un curso de escritura creativa por Internet y en la preparación de un libro, que comenzaré en agosto.

-¿Se puede enseñar a escribir?
-Escribir se compone de talento y oficio. El talento no se puede enseñar, el oficio, sí. Me parece que pecan de soberbia los escritores que aseguran que no se puede enseñar a escribir.

-¿Nos anticipa algo del libro?
-Será una biografía. No doy más detalles, porque aunque no soy supersticiosa, creo que cuando explicas lo que vas a escribir, de algún modo lo abortas. Una biografía de un personaje de entreguerras, la del 14 y la Segunda Guerra Mundial.

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