Carmen Posadas llega a Cabañas de la Sagra acompañada de «La hija de Cayetana»
Casi todo el mundo tiene en mente la imagen de Cayetana de Alba, a través de los cuadros de Francisco de Goya, ya que esta mujer, una de las más poderosas de la historia de España, se convirtió en la musa del famoso pintor aragonés. Pero, quizás, lo que muy pocos sabían es que la Duquesa de Alba adoptó a una niña negra, María Luz, hija de esclavos cubanos a quien quiso y educó como a una hija y a la que dejó parte de su fortuna.
Esta historia tan poco conocida es la que ha rescatado ahora del olvido la escritora Carmen Posadas (Montevideo, Uruguay, 1953) en su último trabajo literario, «La hija de Cayetana» (Espasa). La novela, que está cosechando una buena acogida, se presenta este viernes, a las 17.00 horas, en Cabañas de la Sagra (Toledo), donde asistirán participantes de clubes de lectura de 13 pueblos de la provincia, con las presencia confirmada ya de más de 200 personas.
Este encuentro servirá, pues, para desentrañar este episodio de la vida de la Duquesa de Alba del que la escritora uruguaya tuvo conocimiento cuando se encontraba escribiendo otro libro, una biografía sobre María Bonaparte. Una amiga le preguntó si sabía que Cayetana adoptó a una niña negra, hija de esclavos cubanos, y a Posadas se le encendió la bombilla para dar a luz esta nueva novela.
La autora comenzó a investigar sobre este hecho y, mezclando realidad y ficción, Posadas dibuja un fresco apasionante de la corte de Carlos IV, repleta de personajes como Manuel Godoy, Alejandro Malaspina o María Luisa de Parma, al tiempo que arroja luz sobre la esclavitud en la España del siglo XVIII. «Yo soy uruguaya y siempre pensé que sólo había esclavos en las colonias, pero resulta que también los había en España. No puedes poner la literatura al servicio de ninguna causa, por muy buena que sea, pero si, de alguna manera, he podido poner sobre el tapete el mayor genocidio de la historia, que fue la esclavitud, me alegro. Ríete tú de las purgas de Mao y de Stalin, porque esto es un crimen que se empieza a cometer en el siglo XVI y llega hasta el XIX, casi», asegura Posadas, durante una entrevista con ABC.
Lo cierto es que, más allá de las dos obras en las que Francisco de Goya la retrató («La Duquesa de Alba teniendo en sus brazos a María de la Luz», reproducida en estas páginas, y «La Beata con Luis de Berganza y María de la Luz»), históricamente se sabe muy poco de la niña. «Se sabe que venía de Cuba, que era hija de esclavos y que se la regalaron a la Duquesa. En el siglo XVIII había costumbre de regalar esclavos como quien te regala una muñeca. Pero la Duquesa la adora, la convierte en una hija, y cuando muere la deja una herencia y la convierte en una mujer muy rica».
Además, Carmen Posadas impregna toda la obra de una finísima ironía que se torna, de vez en cuando, en un guiño de humor inteligente, pese a la dureza de algunos de los episodios narrados y, en especial, de aquellos relacionados con lo que hoy llamamos brecha social –la enorme distancia que separaba a la aristocracia y al pueblo llano– y la esclavitud.