Carmen Posadas regresa a las ‘Veladas literarias’ con su última novela

Carmen Posadas fue una de las primeras autoras en visitar las Veladas literarias del restaurante Maestral cuando arrancaron, en 2016, y ahora, nueve años después y tras 78 ediciones, regresa de nuevo con la misma ilusión y entrega para presentar su última novela.

Posadas reconstruye la enigmática historia de un supuesto superviviente del famoso naufragio que, años después, se hace pasar por un pasajero fallecido para reclamar una herencia millonaria. Con su inconfundible estilo, la autora entrelaza el suspense histórico con una profunda reflexión sobre la identidad y el engaño, manteniendo al lector en vilo hasta la última página.

Como ya es tradición en estas veladas, de la mano de ASISA y Vectalia, la literatura se marida con la mejor gastronomía en una noche en la que los sabores acompañan y amplifican las emociones que despierta la lectura. En esta ocasión, el equipo de cocina de Maestral ha ideado un menú inspirado en la figura de Emilia Pardo Bazán, tan presente en la novela.

Nuevos detalles emergen desde el fondo del océano para seguir arrojando luz sobre lo que ocurrió en los últimos instantes del naufragio del Titanic en 1912 por el choque con un iceberg. Ahora se ha elaborado un gemelo digital creado a partir de imágenes tomadas mediante el escaneo en tres dimensiones de los restos del barco. Un soporte digital que ha revelado cosas como que varios agujeros del tamaño de hojas de papel a lo largo de todo el casco del barco fueron los que causaron el naufragio y no un solo golpe, como se pensaba.

Además, se piensa que la sala de máquinas estuvo a pleno rendimiento hasta el último momento para mantener la luz y facilitar la evacuación, incluso cuando la otra mitad del barco ya se había hundido. Un gesto heroico y estoico de quienes permanecían en su posición esperando la muerte con honor. Datos inéditos que ahora ven la luz, como periódicamente sucede con otras informaciones al respecto de esta nave y del misterio que siempre le ha rodeado, levantando pasiones entre las masas.

Hay estudiosos del Titanic. Sobre él y su historia se han creado todo tipo de relatos escritos o audiovisuales. Cuando parece que nada queda por contar, una nueva información aparece. Incluso desde la ficción. De hecho, a partir de la trágica —y también mágica— historia de este buque, surge la trama de la última novela de Carmen PosadasEl misterioso caso del impostor del Titanic. “Siempre me había llamado la atención, como al 99% de la humanidad”, destaca la autora, consciente del interés masivo que suscita entre todo tipo de lectores y espectadores.

En su caso, la cercanía familiar a uno de los tripulantes hizo más vívido ese interés, que se multiplicó exponencialmente en cuanto lo supo. “En el Titanic iban tres uruguayos y uno de ellos era amigo de mis abuelos”, recuerda la autora, de origen uruguayo. “Era una historia que nos contaban de niños con nombres y apellidos, que se te queda más grabado; recuerdo que, cuando venían los nietos de ese señor, todos nos mirábamos con una santa admiración como si hubieran sido ellos los que estaban embarcados, como si hubieran sobrevivido a la catástrofe”, relata Posadas. La historia le era, por tanto, cercana, y le fascinaba.

“Es sorprendente que, 113 años más tarde, sigamos hablando de ese barco, cuando ha habido naufragios mucho más aparatosos, con más muertos, más significativos”, destaca la escritora. Pone de ejemplo el hundimiento del transatlántico británico Lusitania, que marca la entrada de Estados Unidos en la I Guerra Mundial. “Hay otros barcos mucho más emblemáticos, pero, sin embargo, el que está en el imaginario de todo el mundo es el Titanic”, sentencia. Y hay varias razones para que esto sea así. Una de ellas es que a bordo del barco iban todas las pasiones humanas, “desde las más honestas y honrosas hasta las más abyectas”, apunta.

“Para mí, personalmente, como escritora, es la razón que más me llama la atención”, confiesa. Y es que en ese buque viajaban personas que dieron su vida por otros y que se sacrificaron con gestos que ahora parecen inauditos. Es el caso del señor Benjamin Guggenheim, “quien decidió que, a pesar de que iba en primera clase, no se iba a embarcar en los botes salvavidas para dejar su hueco a mujeres y niños, así que se vistió de gala para morir como un caballero”, recuerda la escritora. Igual que esos maquinistas que seguían trabajando para mantener la luz y facilitar la evacuación a pesar de saber cuál sería su final.

“Ese tipo de cosas llama mucho la atención, pero también había otros casos de verdadera abyección”, destaca Posadas, apuntando a las miserias del ser humano en situaciones límite. Hombres que se vistieron de mujer para embarcar, porque tenían preferencia, por ejemplo. Incluso cosas más horripilantes. “Una vez subidos en los botes salvavidas, a medida que se acercaban los náufragos que estaban en el agua solo con el chaleco, desde arriba disparaban con revólver para que no subieran, mientras otros se dedicaban a cortarles las manos con hachas”, relata la autora.

Más de 700 supervivientes y muertos muy vivos

Se estima que, del total de 2.223 pasajeros y tripulantes del Titanic, sobrevivieron 706 personas. Los censos de la época se convirtieron un auténtico misterio, generando todo tipo de confusiones. Y es aquí donde la cuiriosidad de la escritora toma forma para convertirse en la perfecta trama de un thriller detectivesco en el que tampoco falta el encanto de una de las figuras más importantes de la literatura española: Emilia Pardo Bazán.

Diez años después del hundimiento, aparece alguien a quien se le había dado por muerto y enterrado. El interés por investigar esta confusión requiere de las habilidades de un detective y, ahí, Posadas reparó en la figura de Emilia Pardo Bazán. “Me acordé de que era devota de la crónica negra; le encantaba todo lo que tenía que ver con crímenes y, además, fue la pionera del thriller con sus novelas policíacas”, recuerda la autora. “Ella escribió una novela con un protagonista que se llamaba Ignacio Silva, inspirado en un amigo suyo, al que convirtió en detective, y yo retomo esa idea y los convierto a ellos en detectives de mi novela”, sentencia.

Tomar a Emilia Pardo Bazán como referencia y protagonista fue un acto de admiración, según confiesa. “Yo había leído miles de páginas suyas en el colegio, pero luego me olvidé de ella y la volví a retomar al cabo de muchos años, durante la pandemia; empecé a leer uno de sus libros y luego me leí otro y otro y otro, porque es una escritora excelsa, con 64 novelas”, describe Posadas, que apunta más datos sobre la escritora gallega. “Era muy amiga Benito Pérez Galdós y está a su altura, absolutamente, e incluso diría que está por encima, porque es más moderna”, destaca. Fueron amigos, admiradores intelectuales y amantes. Siempre transgresora y pionera, tenía un papel importante que ocupar en esta nueva novela.

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