Comencé a escribir para niños porque creí que era más fácil
La escritora Carmen Posadas acudió a la Semana de la Comunicación a una conferencia en la Universidad Europea de Madrid, “Trucos de cocina para la creación literaria” tras la cual nos ofreció esta entrevista. Posadas ha sido galardonada con el Premio del Ministerio de Cultura en 1984 por su libro El señor viento Norte y con el Premio Planeta de novela por Pequeñas infamias.
Pregunta: ¿Cuál es la receta para escribir una buena obra?
Carmen Posadas: Deberías de ponerle mucha curiosidad, mucha perseverancia, un poquito de investigación y algo de sentido, finalizando con la guinda que sería escribir algo que te guste.
P: ¿Cuál de todos los géneros literarios que ha tratado a lo largo de su carrera la ha motivado más a la hora de escribir?
C.P: Depende, un poquito de cada tema. Hay temas que piensas que esto lo puedes enfocar mejor como novela que como cuento y te equivocas, hubiera sido mejor como cuento que como novela, pero a lo largo de tu vida, mientras vas escribiendo, vas enfocándolo mejor.
P: ¿Qué te inspiró a escribir literatura infantil?
C.P: Yo comencé escribiendo para niños, porque no me atreví a escribir para adultos, me resultaba más fácil y es mentira porque es muy díficil. Cuando escribes para niños te publican con más facilidad. Cuando escribes para adultos es muy díficil romper el círculo vicioso de “si no me conocen, no me publican, y si no me publican, no me conocen”. En la literatura infantil lo importante es el texto, si nos basáramos en cuentos tan conocidos como Pinocho y Los tres cerditos podemos comprobar que conocemos a los personajes, pero no a los autores, por eso es más fácil entrar mediante el público infantil al mundo de la literatura.
P: ¿Qué libro que haya escrito le ha resultado costoso y a la vez le ha satisfecho más?
C.P: El que más me ha gustado es el que menos exito ha tenido. Era una novela que el personaje se parecía bastante a mí y me resultó bastante difícil hacer ese streptease.
P: “Cada maestrillo tiene su librillo”. ¿Y cuál es el suyo?
C.P: En efecto, cada maestrillo tiene su librillo. El mío son los ingredientes fundamentales que comenté antes: curiosidad, perseverancia, investigaación y pasión por el tema.