De las “trampas de miel” a las “doncellas venenosas”, las armas del espionaje

Rahab, la Balteira, Mata Hari o Catalina de Médicis fueron algunas de las que supieron mirar sin ser vistas y advierte de que hay “mujeres grises que son infalibles”.

Ver sin ser vistas con el ingrediente de las “armas de mujer”. Desde la más remota antigüedad, en todas las culturas, siempre hubo una fémina que aunó inteligencia, valor, diplomacia e ingenio. En Licencia para espiar, Carmen Posadas relata las peripecias de estas mujeres que desde la Biblia con Rahab, “imprescindible para la conquista de la Tierra Prometida”, la Balteira, la juglaresa gallega envuelta en mil y una intriga durante el reinado de Alfonso X, hasta Mata Hari o reinas como Catalina de Médicis y su “escuadrón volante” nos adentrará en una profesión donde la discreción es la primera baza. Y advierte: es el espionaje, en realidad, “la profesión más antigua del mundo”. Tal vez la “vieja del visillo” fue una de las espías más antiguas.

En el libro, también hay una entrevista a una espía en activo quien confiesa algunas de las dificultades de esta profesión silenciosa.

Cuando Carmen Posadas era niña, la ama de llaves de la embajada de Rusia les recibió con un “bienvenido a las tinieblas”. Era el mundo de “Anacleto agente secreto”, donde, aunque todo está lleno de micrófonos, a veces se invertía y los espiados escuchaban a los espías pelearse o poner Aída a todo volumen. Había una obsesión: divorciar a los embajadores para casarlos con una agente rusa. ¿Cómo lo hacían? Haciendo creer que la casa estaba embrujada y que había fantasmas que acosaban a la mujer del embajador. ¿El objetivo? Que las mujeres salieran corriendo. Era el método “luz de gas” mediante los espectros.

¿Las mujeres espían mejor que los hombres?

Somos más discretas. Esto se lo pregunté a la espía en activo, pero sí es cierto que pasan más inadvertidas y porque somos menos vanidosas que los hombres y no contamos. En la II Guerra Mundial hubo mujeres que ejercían el espionaje que lo han desvelado sus hijos cuando ellas ya han fallecido.

¿Estamos rodeados?

Por todas partes. Hay señoritas de sociedad, princesas indias como Malinche, bailarinas, camareros, ingenieros, periodistas…, absolutamente de todo. Una de las cosas que me dijo ésta espía a la que entrevisté es que estamos rodeados de espías por todas partes. Primero Alexa es una fuente de espionaje perfecto y todos los países pagan a peluqueras, en el bar, en los hoteles, muchas personas que ganan sueldo de los servicios secretos y, a partir de ese momento, me fui a hablar con un Barman de un hotel y no le pregunté si era espía, pero le dije que eran un poco psicólogos. Y me dijo que la gente no tiene filtro cuando se toma dos gin-tonic. Los bármanes están muy cotizados.

¿Cómo se entrenan?

Hay que tener una serie de cualidades. Utilizaban su nivel social para, de vez en cuando, irse a la biblioteca y sacarle fotos al contenido de los cajones. Yo no sería capaz de hacerlo. Hay que ser bastante valiente, como demostraron muchas de las espías que fueron fusiladas.

También hay otra que se llama “la reina de corazones” que se descubrió una vez muerta. Actuaba en el estrecho de Gibraltar porque era el paso hacia el mediterráneo. Estaba emparentada con los Romanov y empieza a trabajar con los alemanes con la idea de que sólo pueden ellos luchar contra Stalin, pero cuando se da cuenta de los horrores, se hace espía doble. Antes de eso, fotografía los tanques que había en el estrecho. Y, al salir, le paran. Le había dado el carrete de fotos a la niña que iba con ella, lo metió en la bota y la máquina la guardó entre los guantes. Cuando la fueron a cachear, puso los guantes encima de la mesa y dentro era donde estaba la cámara. No la descubrieron.

¿Qué papel juega la seducción y el sexo?

Es un arma importantísima. Si lo usa un hombre se convierte en James Bond, si lo utiliza una mujer, ya sabemos cómo la llaman. Utilizan mucho las“trampas de miel”que usan para embaucar a los hombres y, a través de la seducción, sacarles información. En el mundo masculino utilizan a los Romeos. Me pareció fascinante las “doncellas venenosas” a quienes desde niñas suministran pequeñas dosis de veneno primero para inmunizarlas y segundo para que sean como frascos de veneno ambulantes. Si le daban un beso a una persona la podían matar y luego te cuentan cómo las entrenaban y en qué casos las utilizaban.

¿El bulo es una forma de contraespionaje?

Hay distintos tipos y formas en las que el periodismo influía: uno con los bulos donde la guerra de Cuba es un clásico de eso. Randolph Hearst escribió al ilustrador que estaba en Cuba, que se dedicaba a hacer dibujos porque entonces no estaba desarrollada la fotografía y le dijo: “Ponga las ilustraciones, que yo pondré la guerra”. Para poner un ejemplo: Aquí, en España, justo cuando empieza la guerra, los alemanes intentan que España entre de su lado y Madrid se convierten en un nido de espías y los ingleses mandan aquí a cantidad de periodistas que, en realidad, son espías. Era una excusa para averiguar todo.

¿Cuál el sacrificio que ve en una mujer espía?

Hay dos precios a pagar: Uno, si estás sobre el terreno, cuando te infiltran, tienen que asumir una personalidad entera y nunca más contactar con tu vida de antes porque ya eres otro personaje. Esas son las que pagan el precio más alto.

Las otras, las que tienen una vida más tranquila, hay quien se dedica a obtener información o a procesarla. Si te dedicas a procesarla no puedes contarlo, pero tienes que mentir a todo el mundo, a todas horas. No entendía cómo espías madres de familia numerosa pueden compaginarlo y la espía a la que pregunté me dijo que su marido lo sabía, pero que sus hijos no. Cuando se enteraron fue brutal. Vivir siempre mintiendo. Suelen contratar a gente joven que en ese momento no tienen familia.

¿Cuál cree que son las más eficaces?

Las más inofensivas. Recuerdo una película de una venerable anciana comiendo roast beef en casa, y su hijo se cae de espaldas cuando llaman a la puerta para detenerla. Resulta que esta señora, 50 años atrás, en la época de la guerra fría había entregado a los rusos toda la información de la bomba atómica porque, en su descargo, así los dos bloques tenían armas. Se había convertido en una apacible anciana que cocinaba tartas de manzana. Hay mujeres “grises” que son infalibles.

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