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Diario Vasco. La disculpa del Rey es una lección en técnicas de comunicación

Carmen Posadas Escritora. Vino a Donostia para enseñar a comunicar mejor. La escritora defiende el sentido del humor y el sentido común como muletas para andar por la vida

El ´glamour´ debe ser algo parecido a esto: Carmen Posadas entra en las salas del campus donostiarra de Deusto y se hace el silencio. Parece una dama de la escena pero es una escritora. Y sonríe cuando alguien le pregunta la edad. «No sé qué fijación hay con ese dato, pero no tengo reparo en contar que estoy a punto de cumplir 59 años: prefiero que me digan ´qué joven estás para tu edad´ a ´pareces mayor´».

En realidad, Carmen Posadas sonríe continuamente: dice que el sentido del humor y el sentido común son para ella los sentidos especiales, «aunque cada día es más difícil encontrarlos». Ayer vino a San Sebastián con su hermano, el publicista y también escritor Gervasio Posadas, para hablar de «técnicas de comunicación a través de los grandes autores literarios». Era un acto organizado por la asociación Alumni Este. Antes de la charla la escritora uruguayo-española nos habló de la comunicación del Rey y hasta del conflicto entre Repsol y Argentina.

– Así que ahora quiere enseñar a las gentes de empresa a comunicar mejor.
-Hoy en día hay muchos cursos que enseñan a comunicar, pero mi hermano y yo queremos recurrir al ejemplo de los grandes autores: los narradores, desde que se reunían en torno del fuego para contar historias hasta hoy, no han hecho más que comunicar con las mejores técnicas. Nosotros hemos buscado sus ´trucos de cocinero´ para aplicarlo a la sociedad actual. Los escritores son como los chefs: parece que te cuentan su receta pero siempre se reservan un truco. Nosotros buscamos la ´nuez moscada´ que no cuentan pero se esconde en sus novelas.

-¿Por ejemplo?
-Tenemos el ´truco Hemingway´, el ´truco Dickens´ o el ´truco Agatha Christie´. Hemingway decía, por ejemplo, que un cuento debe ser como un puñetazo en el estómago. La primera línea te golpea y te atrapa. Eso se puede copiar. Dickens contaba las historias generando intriga: cada capítulo termina en alto para forzarte a continuar. Aunque estés leyendo a las cuatro de la mañana, si un capítulo termina diciendo ´y la puerta se abrió´, sigues para saber qué hay detrás.

-¿Y el ´truco Agatha Christie´?
-Es comunicar a través de las preguntas. Es un método que también usaba Hitler, aunque hoy resulte políticamente incorrecto evocarlo. Hitler, que era un gran comunicador, utilizaba las preguntas. Cuestionaba al auditorio: ´¿Quién nos está oprimiendo? ¿Qué podemos hacer nosotros para seguir adelante?´ Del mismo modo funcionaba la escritora inglesa, una enorme creadora aunque su talento ha quedado opacado por su popularidad.

-¿Pero de verdad pueden aplicarse a la empresas técnicas de comunicación literarias?
-La literatura se basa en la seducción y en la comunión. En crear empatía en el lector, en lograr su complicidad haciéndole sentir ´esto que pasa en la novela también me ocurre a mí´. En la comunicación hay que lograr esa comunión y esa seducción, sea oralmente ante un auditorio o sea en un escrito y hasta en un correo electrónico.

-Ahora vivimos la crisis de Repsol en Argentina. Suponga que tiene que asesorar a la empresa española en estos momentos de dificultad.
-Aquí el problema no es de comunicación: la señora Kirchner demuestra que ´no hay más sordo que quien no quiere oír´. Me parece que con ella hay poco que comunicar. Pero sí habría que hacer una gran labor de comunicación con otros países implicados en la situación, desde la Unión Europea hasta los otros países latinoamericanos: que sepan bien lo que está pasando y lo que podría pasarles con la señora Kirchner.

– En España acabamos de vivir otra revolución en la comunicación con la petición de disculpa por parte del Rey. Técnicamente, ¿qué le sugiere la aparición del monarca?
-Es un ejemplo maravilloso de cómo hay que comunicar. Desde la puesta en escena, con esa aparición por la puerta apoyado en las muletas y con aire desvalido, hasta la elección del escenario: un pasillo de hospital. Elige hacer una declaración muy corta, de apenas once palabras, en la que no sobra ni falta nada. Y evita las preguntas para que el objetivo del mensaje no se desvirtúe. Es un ejemplo de cómo enderezar una situación en un momento muy, muy delicado.

-Si usted hubiese sido asesora en comunicación de la Zarzuela, ¿habría recomendado hacerlo así?
-Me decubro ante el genio del Rey, que mantiene una capacidad innata para la comunicación.

-Aparte de sus cursos de comunicación mantiene su tarea como escritora. Sú última novela es negra: ´Invitación a un asesinato´.
-Es un homenaje a Agatha Christie. Me gusta la novela negra porque permite dos niveles de lectura: uno, el de quien quiere pasar un buen rato y sólo busca un divertimento para saber quién es el asesino; y otro, para un lector más reflexivo que puede encontrar una sátira de la sociedad o un perfil psicológico de los personajes.

-También se acaba de reeditar ´Hoy caviar, mañana sardinas´, una original memoria de sus años como hija de diplomático, escrito con su hermano Gervasio.
-Es una metáfora de la vida de los diplomáticos: un día estás tomando caviar con la Reina de Inglaterra y el día siguiente almorzando un bocadillo de sardinas en una oficinucha de un ministerio. Ganamos el premio Sent Sovi de literatura gastronómica con este libro.

-¿Qué aprendió en sus vivencias en lugares tan dispares?
-Primero, tolerancia. La gente que no ha viajado tiende a creer que su vecinita es la mujer más guapa del mundo, que las lentejas de su madre son el mejor plato del planeta y que la iglesia de su pueblo es el edificio más bello. Viajar enseña que hay muchas vecinitas y que el mundo es grande. La vida de un diplomático parece lo más bonito, pero es una montaña rusa.

-Sus artículos se publican cada domingo en el suplemento XLSemanal. ¿Cómo se los plantea?
-La mayor dificultad es que debo escribirlos con dos semanas de antelación, lo que me lleva a temas intemporales. Uso sobre todo dos herramientas: el sentido del humor y el sentido común. A veces trato de seducir haciendo compartir algo que me gustó; otras, trabajo la comunión: a mí me pasa esto, ¿también te pasa a ti?

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