“Hay que recuperar el tiempo, porque el amor necesita tiempo y lo que más se escucha hoy es un no tengo tiempo”. Isaac Rosa ha aportado su particular receta para encontrar el amor, y lo ha hecho para culminar un divertido e intenso diálogo con Boris Izaguirre moderado por Carmen Posadas bajo el título ‘El club de la lucha. Cómo ser felices en pareja’.
Antes, Antonia Dell’ Atte, Verónica Forqué y Javier Mariscal, moderados por Ayanta Barilli, han repasado la meditación, el consumo –cada vez menor en el caso de Dell’Atte- y todas las ideas sobre la felicidad que la italiana iba aportando.
Y luego llegó Boris Izaguirre. “Al amor hay que complementarlo. Yo empecé con mi pareja porque estaba enamorado pero también como una especie de estudio sociológico. Enamorándolo a él yo quería enamorar a este país, porque yo necesitaba un país, porque no me sentía cómodo en Venezuela”, ha explicado para comenzar, para romper un hielo derramado a partir de entonces en líquido de reflexiones sobre el amor, la pareja y la infidelidad.
Isaac Rosa, la pareja de baile de Boris en el diálogo, también ha empezado fuerte. “La felicidad es un malentendido muy de nuestro tiempo. Es vista y ofrecida como un derecho u obligación, cuando en realidad es una posibilidad”, ha apuntado, para recalcar que todos lo perseguimos porque “pensamos que el amor puede dar seguridad en un tiempo de incertidumbre”.
Tras abogar por llevar siempre “calcetín largo” en el caso de los hombres, y sobre todo de los más mayores, Boris Izaguirre se ha preguntado a qué es fiel. Y ha concluido que nunca lo es a su perfume, pero sí a su peluquero y al cine. Sobre la infidelidad de pareja, reconociendo alguna incursión pero “sólo” para ponerse en el papel de una protagonista infiel de un libro que escribió, ha insistido en que el “gran peligro es sentirte protagonista. Y es que a lo mejor la felicidad es sentirte protagonista”.
Rosa ha asegurado que la infidelidad deja “un regusto amargo” porque causa sufrimiento profundo a mucha gente y tiene que ver con un sentimiento “de devaluación” que experimenta la persona a la que se es infiel.
Ya mañana, el Encuentro del Bienestar llegará a su fin con dos nuevos diálogos. El primero, a las 10:30 horas, se titula ‘Amanece que no es poco. Atajos para superar a la happycracia’ y contará con la presencia de Eparquio Delgado, Iñaki Domínguez y Sergio del Molino, que dialogarán con Mercedes Cebrián sobre el pensamiento positivo y cómo puede devenir en una auténtica tiranía de la sonrisa.
A las 12:30 horas, el broche lo pondrá ‘¿Qué me pasa, doctor? “Me estoy muriendo” o cómo sobrevivir a los hipocondríacos’, un diálogo moderado por Teodoro León Gross con Manuel Hidalgo, Jorge Usón y Juan Cruz sobre esa interpretación catastrófica de las sensaciones corporales que es la hipocondría.
Ese diálogo culminará un fin de semana marcado por un análisis desde distintos puntos de vista de la felicidad y de los caminos torcidos para lograrla, en un encuentro organizado por la SER.
Es bastante reconfortante ver la actitud positiva y abierta con la que observas la vida, querida Carmen, y el papel sustancial que en ella juega el amor. No obstante, tu actitud respetuosa hacia los distintos comportamientos en ese ámbito amoroso puede dejar una sensación ambigua respecto a ellos.
Yo creo que el amor es fuente de felicidad y equilibrio. Cuando tiendes a la dispersión es porque se ha deteriorado ese equilibrio, lo que a veces es inevitable, claro, y el avance social ha permitido poder salir de una situación que se haya convertido en tóxica.
En general hablamos del amor y sus ramificaciones, asociado a la juventud y a la madurez, pero hay una época muy importante de la vida, la tercera edad, en la que prima la estabilidad apacible, y a la que sólo se puede llegar sí se ha tenido la suerte o la habilidad de construir una relación en la que el amor y el respeto han dado lugar a una vida feliz y equilibrada, que cuando llega a la tercera edad permiten esa vida serena, feliz y apacible, que es el mejor estado para ir acercándose a “el telón final”, que hermosamente cita la canción de Paul Anka y cantó maravillosamente Frank Sinatra …..