La leyenda de la perla escondida
La historia arranca en 1579 en Panamá, donde los esclavos compraban su libertad si del fondo del mar sacaban una pieza única. Casi 500 años de La Peregrina, una perla legendaria que estuvo siglos en la Corona española y acabó luciendo Elizabeth Taylor.
Qué cambiaría de la Historia si un objeto como La Peregrina hablara?» se pregunta en una entrevista Carmen Posadas, que dedica su última novela a la perla más famosa de todos los tiempos, que se encuentra en paradero desconocido desde la muerte de Elizabeth Taylor, cuando fue adquirida por 11,8 millones de dólares por un comprador anónimo. Una joya que no debe confundirse con la ‘falsa Peregrina’, que ahora tiene la reina Letizia, de gran valor tambioén pero menos porque está perforada, o con otra conocida e histórica perla, La Pelegrina.
La historia de esta joya arranca en 1579 en Panamá, donde fue encontrada, en cuyas pesquerías los esclavos eran obligados a continuas inmersiones en las que morían mientras pescaban perlas. Si encontraban una pieza excepcional, podían recuperar su libertad.
Eso ocurrió con La Peregrina, una de las joyas más documentadas históricamente pues su hallazgo consta en los registros de la época, así como su llegada a la Corte como regalo para Felipe II.
A partir de entonces ha aparecido en numerosos cuadros donde reinas como Isabel de Valois, Ana de Austria, Margarita de Austria, Isabel de Borbón, Mariana de Austria, Maria Luisa de Orleáns, Luisa Gabriela de Saboya, Isabel de Farnesio, Bárbara de Braganza o Maria Luisa de Parma posaron con la perla.
La codiciada joya permaneció en España hasta 1813, cuando formó parte del «expolio» de José Bonaparte a su salida del país: obras de arte y joyas se acumularon en «carretas y carretas» que se sucedían en una fila de 20 kilómetros. Entre ellas La Peregrina, que ya en Francia fue regalada a Napoleón III.
Muchos años después, en 1914, Alfonso XIII se interesó en comprarla para regalársela a la reina Victoria Eugenia.
«Alfonso XIII tenía la costumbre de regalar a su mujer una joya cada vez que cometía una infidelidad y no sé qué pecado inconfesable habría cometido entonces que decidió que le iba a regalar La Peregrina. Pero como salía muy cara le compró otra parecida aunque no se lo dijo», explica Carmen Posadas.
Así es como llegó a la Corona española la que se conoce como ‘falsa Peregrina’. Fue cuando la verdadera salió a subasta en Nueva York cuando Victoria Eugenia se enteró de «la milonga», dice Carmen Posadas, que relata en el libro cómo intentó comprar la verdadera y para ello envió a su «nieto preferido», Alfonso de Borbón Dampierre, a pujar por ella.
Pero quien se hizo en la subasta con la preciada joya fue Richard Burton, y Elizabeth Taylor se convirtió en la propietaria de La Peregrina. Con ella apareció en películas como ‘Ana de los mil días’, encarnando a Ana Bolena.
La ‘otra’, de menor valor por estar perforada, pasó de la reina Victoria Eugenia a doña Mercedes, a doña Sofía y ahora a la reina Letizia, que la ha lucido en varias ocasiones.
Además, hay una tercera perla, La Pelegrina: con un origen similar al de La Peregrina, en Panamá, también fue para Felipe II y terminó en la corte del Rey Sol. Con la revolucion francesa desapareció y reapareció mucho después en Rusia. Su dueña era la madre del asesino de Rasputín.
Ha sido citada, además de en libros de Historia, en las Memorias de Saint-Simon, en ‘Viaje por España’, de la Condesa D’Aulnoy, e incluso Alejandro Dumas habló de ella. Lo cuenta Carmen Posadas en su último libro, ‘La leyenda de La Peregrina’ (Planeta).
Para narrar todos estos episodios y dar vida a tantos personajes históricos, Posadas ha trabajado con una gran cantidad de libros de historia, correspondencia, testimonios y crónicas de cotilleos con la intención de reflejar las costumbres, cuidando además el lenguaje de cada siglo: «Quería contar la historia desde el punto de vista de cómo vivia la gente de cada época, reconstruir la parte humana de la historia, no las batallas».
Una historia que no ha acabado porque la escritora sigue investigando el paradero de La Peregrina, que durante siglos sobrevivió a guerras, incendios, traiciones y venganzas y que desde 2011 está escondida. «Lo único que he conseguido averiguar es que la tiene alguien de un país árabe y estoy siguiendo la pista de un tema que sería muy literario», aventura Carmen Posadas.
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