No es mi intención añadir ni media línea a la ya muy comentada visita de Greta Thunberg a nuestro país. La reunión contra el cambio climático de Madrid es ya pasado y, lamentablemente, tal como ocurre con tantos otros sucedidos de la actualidad frenética en la que vivimos, a la postre todo quedó en una vistosa exhibición de pirotecnia: mucho ruido y pocas nueces. Si menciono a Greta es porque, en una publicación de tirada nacional, he podido ver que el Defensores del Lector entonaba un mea culpa porque, según muchos lectores, el periódico había dado alta voz a los insultos de baja estofa que se vertieron sobre la niña en la redes. “No teníamos que haber servido de amplificadores de insultos” –se lamentaba el defensor. “Nuestro código ético exige restringir o eliminar descalificaciones e injurias”. Me pareció muy atinada la postura. Las redes son territorio sin ley en el que, no solo se puede injuriar sino incluso desear la muerte de alguien sin que pase nada y, quien se hace eco de lo que en ellas se dice, lo único que consigue es multiplicar su difusión. Sin embargo, el comentario del Defensor del Lector me hizo reflexionar sobre cómo los medios de comunicación en general, y las televisiones en particular, sirven de caja de resonancia de muchos otros excesos, mentiras y arbitrariedades. Pongamos por ejemplo el caso de los independentistas y en concreto lo sucedido semanas atrás después de que Estrasburgo dictaminara que Oriol Junqueras tiene inmunidad como eurodiputado. Es lógico, y también absolutamente insoslayable, que los medios se hicieran eco de la noticia. ¿Pero era realmente necesario que todas las teles pasaran horas recogiendo y emitiendo en bucle una y otra vez los brindis con cava, los cortes de manga, las carcajadas y la chufla general de Puigdemont, la CUP, ANC y demás acólitos? Peor aún, ¿era necesario recoger sin rebatir su versión de que lo que ha dicho Estrasburgo es que se ponga a los presos en la calle? ¿No es misión de los medios repreguntar, confrontar, decir “No, esto no es así”, evitar, en último término, que el relato que ellos hacen de los hechos sea se imponga puesto que el que calla, otorga? No creo que sea casual que los mayores revolcones televisivos que han recibido Puigdemont y compañía fueran en entrevistas con periodistas de la BBC y otros medios extranjeros. Y no porque en España no haya espléndidos profesionales, que los hay, pero a ellos los indepes no les conceden entrevistas. ¿Por qué iban a hacerlo, qué necesidad tienen de exponerse innecesariamente? Una imagen vale más que mil palabras y es mucho más útil a sus intereses dejarse filmar triunfantes con su acta de diputados en la mano o carcajeándose a la puerta de la mansión de Waterloo. Ni siquiera tienen que tomarse la molesta de malgastar saliva, unas risotadas y un par de cuchufletas, bastan. Me pregunto por qué se produce este fenómeno. ¿No seremos todos cómplices de aquellos que mejor manejan el victimismo, de los más arteros retorciendo la realidad? España es un país híper escrupuloso con las opiniones ajenas, a las que considera sagradas. Pero lo único sagrado es la posibilidad de que cada uno puede expresar la suya. Y eso no implica tener que tragársela como rueda de molino ni tampoco dar altavoz a quienes jamás se lo darían a nadie que no sea de su cuerda.
Vivimos en un mundo en que el que los medios de comunicación de masas han cambiado la percepción que antes se tenía de la realidad. Ahora ya no hay hechos, solo “relatos”, y el que más alto chilla es el que más razón tiene. Hace tiempo que la verdad no existe, la verdad se fabrica y hay auténticos maestros en manufacturarla como mejor convenga. Y mientras tanto el resto de nosotros, educados con parámetros y valores de antes, no hacemos más que el panoli dejando que la versión de los hechos de otros sea la que triunfe y permanezca. No, peor aún, dándoles alta voz de modo que se cumpla aquello tan viejo que decía Goebbels, de que una mentira repetida mil veces acaba se convierte en una verdad.
Yo voy a contracorriente. Si conoces mi blog lo sabrås. Un beso
Dices que –Vivimos en un mundo en que el que los medios de comunicación de masas han cambiado la percepción que antes se tenía de la realidad. Ahora ya no hay hechos, solo “relatos”…–
Pues creo que la situacion es aun mas grave todavia,porque para muchos hechos tremendos que ocurren aquí mismo en Europa,ni la tv oficial de aquí ni los medios de comunicacion privados dicen una sola palabra y lo callan todo; ni hechos ni relatos.
En cuanto el Hecho Acontecido no coincida con los intereses del Gobierno….SILENCIO ABSOLUTO y CENSURA TOTAL.
Si no te convence lo que digo, puedes hacer una visita a esta pagina web (https://voiceofeurope.com/) traduce la pagina si lo necesitas, y te encontraras con una realidad nueva y distinta, que los medios te ocultan.
A verdade não existe, a verdade é fabricada, diz Carmen Posadas! E quem grita mais alto é quem tem mais razão, continua a escritora! É quase um mundo meio anárquico, onde quem vence não é, a mais das vezes, o verdadeiro, mas o idiota, o vampiro que entrou por uma janela que não estava bem fechada!
Mas, nós outros que discordamos desta asneirada toda, também podemos dizer alguma coisa, quanto mais não seja, por omissão! Em vez de de darmos troco às palermices do Facebook, podemos simplesmente ignorá-las e ou apagá-las!!