Las tres puertas: “A alguien que me cae mal, lo pongo en un libro y lo mato”
Carmen Posadas es la primera mujer que nos visita en ‘Las tres Puertas’, una escritora con una trayectoria brillante y cuya vida bien podría haber sido sacada de cualquiera de las novelas que ha firmado de su puño y letra. La autora se sienta con María Casado para abrirse ante los telespectadores y hablar, con total sinceridad, de su carrera en el mundo de las letras, de cómo es su familia y de cómo fue el pasado que la ha convertido en la mujer tan admirada que es hoy.
Carmen Posadas asegura que se inspira en gente real y que en más de una ocasión se ha vengado de los que le caen mal, matándolos en la ficción. Dice también que la gente la mayoría no se da cuenta de quién le ha servido de inspiración, pero que muchos de los personajes reales han acabado recibiendo el mensaje. “Es muy terapéutico”, añade entre risas. La autora confiesa que es muy exigente consigo misma: “Yo todas las mañanas me pongo una pistola en la sien. Tú de aquí no te mueves hasta que escribas un folio. (…) Por suerte se me cura todos los días”.
Su llegada a España
Ella vivía en una casa enorme en Montevideo con dos plantas abandonadas en las que asegura que de pequeña escuchaba todo tipo de ruidos. Esa casa es muy simbólica para ella y se emociona cuando habla de ella. La dejó en su esplendor y regresó después de muchos años después encontrándosela en decadencia. Su infancia es aquella casa y el suflé de dulce de leche, que le chifla.
Cuando empezó a escribir le horrorizaba que la describieran como una ama de casa que escribe y que no la tomaran en cuenta. Siempre dice que lo hizo todo al revés, que todo el mundo estudia y luego se casa y tiene niños, pero ella empezó a escribir y a formarse cuando se divorcia y se marcha con sus dos hijas a Londres.
Menos redes y más lectura
Ante la pregunta de si la clase política de antes estaba más preparada, Carmen Posadas lo tiene claro: “Sinceramente, creo que en la época en la que yo estuve en los aledaños del poder, sobre todo en la época de Felipe González, y todos los ministros que había en aquella época, también los del PP… Yo creo que era gente más preparada”.
También señala que en aquella época la voluntad de entendimiento era mucho mayor que en la actualidad.”Había otro espíritu. Había ganas de sumar. Ahora estamos en restar (…). Todo el mundo estaba dispuesto a llegar un acuerdo”, añadiendo que “en eso hemos ido para atrás”.
Además, las redes sociales tampoco han ayudado mucho en este sentido. La crispación se ha trasladado a las pantallas. Carmen Posadas no tiene Twitter y se confiesa bastante ajena a todo lo que se meueve en internet, yendo a contracorriente a lo que se lleva en la sociedad actual. “Es mucho más importante la opinión de un influencer que la de un premio Nobel”, se queja, definiendo este fenómeno como una “inversión de la cultura”.
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