Desafiante se anima a hablar sobre la burguesía sin críticas y a cuestionar al feminismo y el lenguaje inclusivo no sólo a través de la escritura, mundo que conoce a la perfección, sino también a partir del contexto social.
Hace poco presentó la maestra de títeres, una novela que relata la historia de la burguesía española personificada en las vidas interconectadas de 3 mujeres. Y sin quererlo, hace un paralelismo con sus propias vivencias. Uruguaya, hija de un diplomático que fue embajador de argentina pasó la mayor parte de su vida en España, país en el que actualmente reside.
“Para bien y para mal soy una extranjera en todas partes, incluso en mi propio país porque me fui de ahí con 12 años. Tiene sus desventajas porque siempre se es un outsider y así lo perciben los demás. Pero para un escritor es una ventaja enorme: nadie retrata tan bien una sociedad como alguien que no pertenece a ella”, comenta Posadas para explicar su realidad y la del personaje de su último libro Beatriz Calanda.
Cuando se refiere a su profesión se llama “escritor” porque para ella el lenguaje de género son “bobadas” que la aburren y que perjudican al movimiento feminista: “Pienso que las mujeres debemos poner el foco en otras batallas. Como conseguir iguales sueldos que los hombres, como ayudar a la conciliación familiar para que la mujeres puedan trabajar y no tener problema con sus hijos pequeños. Esas sí son causas mucho más importantes”. Posadas cree que el feminismo está entrando en “excesos” y lo dice sin tapujos. Animarse a escribir sobre la burguesía y sus tradiciones, sin poner el foco en la crítica sino en el detalle minucioso de sus vidas es un hecho poco visto en la literatura y de una necesidad urgente. Y eso es lo que Posadas realiza en su reciente novela.
“Al menos aquí en España existe un prejuicio por el que la gente piensa que hacer literatura que hable de los ricos es casi una contradicción en los términos. Cuando algún escritor se ocupa de ellos, lo hace sólo desde la caricatura o desde la astracanada. ¿Por qué? es obvio que en esa clase hay personas risibles (como en cualquier otra, dicho sea de paso) pero también hay otras muy interesantes y con muchos matices psicológicos que merecen una novela”.