Nunca pensé que me iban a publicar
Confiesa que ha vivido al contrario de lo que dicta la norma. Carmen Posadas (Montevídeo, Uruguay, 1953) se casó con 19 años en Moscú, a los 22 tuvo su primera hija, y es a los 25 cuando se estrena en el mercado laboral. ¿Atípico? «Simplemente hice todo al revés». Hija de embajador, está acostumbrada al cambio, aunque hay algo que no ha perdido: «Intento mantener la inocencia, para escribir es importante mantener un punto de vista sorprendido».
¿Cuál fue su primer trabajo?
Lo primero que hice fue trabajar como relaciones públicas en un hotel -en el InterContinental de Madrid- y tendría unos 25 años. Allí tenía tiempos muertos para poder escribir, allí conocí a mi primer editor… Muchos de mis cuentos cortos los escribí en ese hotel, inspirándome en los personajes que pasaban por allí.
¿Ya tenía claro que quería vivir de la escritura?
Yo hice todo al revés: primero me casé y luego empecé a trabajar. Cuando mis hijas empezaron el colegio me planteé qué iba a hacer. No había estudiado una carrera, sólo tenía idiomas y siempre había sido una gran lectora, así que empecé a escribir, algo que intentaba desde los 15 años.
De todos sus libros, ¿cuál es el más especial?
Mi primera novela, Cinco moscas azules. Le tengo mucho cariño porque durante años yo no me atrevía a escribir novelas, me parecía que se escapaba de mis posibilidades, y mi padre, que era un gran lector y mi referente en esto, nunca me había dicho nada de mis anteriores libros infantiles, ni mú. Pero cuando publiqué Cinco moscas me mandó un fax desde Uruguay con una crítica literaria maravillosa.
¿Hasta qué punto se han cumplido sus aspiraciones?
Completamente. Nunca pensé que me iban a publicar, nunca pensé que me iban a traducir, nunca pensé que me iban a dar el Planeta… Ha ido todo pasito a paso, pero me alegro de que haya sido así, de lo contrario me hubiera dado vértigo, me hubiera bloqueado.
¿Y ha habido algún momento especialmente difícil?
Cuando me casé con mi segundo marido [Mariano Rubio, gobernador del Banco de España] todo lo que había hecho quedó desvirtuado por ser «la señora de».
Así empezó
Se puede aprender a escribir
«Cuando decidí que quería dedicarme a esto hice un taller literario, escribir tiene una parte de talento que no se puede aprender y otra de oficio que sí». Predicando con el ejemplo Carmen Posadas ha participado en los Encuentros en la biblioteca que organiza Obra Social Caja Madrid.
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