Presentación en la librería Books & Book de Coral Gables (Florida)
La escritora uruguaya Carmen Posadas cree que el personaje que da nombre a su última obra, “La hija de Cayetana”, la “estaba buscando” a ella desde muchos años antes de que novelase esta historia real de una niña mulata nacida en Cuba que acabó siendo la hija de la duquesa de Alba en España.
Posadas, radicada en España desde hace décadas, presentó el miércoles en la librería Books & Book de Coral Gables (Florida) esta novela sobre “dos madres y una hija” que está ambientada en el siglo XVIII, durante el reinado de Carlos IV en España.
La presentación del libro es la actividad con la que este año se celebra la Fiesta de la Lectura que desde 2013 organiza la fundación Cuatrogatos.
En una entrevista telefónica, la escritora, cuyos libros han sido traducidos a 23 idiomas y se publican en más de 40 países, relató a Efe que supo de la historia de la niña María de la Luz por una amiga e inmediatamente le interesó y empezó a investigar.
“Hay cientos de novelas que tratan sobre la esclavitud en las colonias pero es difícil encontrar bibliografía sobre los esclavos llevados a Europa”, señala.
De la existencia de María de la Luz hay constancia, pero no se sabe gran cosa, salvo que era hija de una esclava y fue entregada como un regalo a Cayetana, que no podía tener hijos propios. La duquesa adoptó a la niña y le dejó en herencia parte de su fortuna.
La niña, que no pudo heredar los títulos nobiliarios de su madre, la cual no tuvo descendencia biológica, desapareció sin dejar rastro tras la muerte de Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, una mujer de gran relevancia en su época, de quien se dice que fue amante del pintor Francisco de Goya.
María de la Luz es mencionada en “Volaverunt” una novela sobre Cayetana y sus amoríos con Goya escrita por otro uruguayo, Antonio “Taco” Larreta, con la que ganó el Premio Planeta, y en otra del español Juan Antonio Vallejo-Nágera, “Yo, el rey”, también ganadora de ese galardón.
También aparece en dos obras de Goya: una aguatinta en la que está en brazos de Cayetana (Museo del Prado) y un cuadro que la muestra en una escena familiar jugando con una dama de compañía de la duquesa y otra niña.
Este último cuadro, de pequeño formato, es propiedad de un coleccionista amigo de Carmen Posadas.
Ella había observado la escena infinidad de veces cuando visitaba la casa sin saber que acabaría escribiendo de una de las dos niñas retratadas en el cuadro..
María de la Luz “me estaba buscando desde hace años”, dice Posadas, convencida de que con la literatura pasan esas “cosas raras”.
La escritora creó el personaje de la esclava Trinidad, la madre biológica de María de la Luz que busca a su hija “robada”, para entrelazar los dos mundos, el de los esclavos y la aristocracia, en su novela.
“La esclavitud es el mayor genocidio que ha conocido la Historia”, subraya Posadas, quien ya antes había novelado historias de personajes reales, como la de Teresa Cabarrús, una mujer española que tuvo protagonismo en la Revolución francesa.
En Cuba, cuando fue a presentar “La hija de Cayetana”, Posadas tomó contacto con historiadores para saber qué pudo haber sido de aquella niña mulata y rica en la España de Carlos IV.
Le dijeron que lo más probable es que se volviera a Cuba, donde estaría menos desubicada, pero nada se sabe. Se esfumó, aunque siglos después ha recobrado vida en la novela.
Posadas ganó este año el Premio Iberoamericano Rey de España de Periodismo por un artículo publicado en 2016 en varios diarios españoles con el título “Soñar en español”.
La escritora dijo a Efe que el premio se lo debe “en cierta medida” al presidente estadounidense, Donald Trump, pues lo escribió llevada por los sentimientos que le provocaron sus mensajes antiinmigrantes durante la campaña electoral y el saber que se proponía cerrar la versión en español de la web de la Casa Blanca.
“Trump no es consciente de que hay 50 millones de hispanohablantes en Estados Unidos, que es el segundo país, después de México, con mayor número”, subraya Posadas, una defensora de la lengua española a la que le gustaría que la literatura de los países que forman esta comunidad “fluyera” internamente.
“Hablamos el mismo idioma, pero en Perú no se lee lo que se escribe en Venezuela, ni en Argentina lo que se escribe en México”, subrayó Posadas en un llamamiento a las editoriales para que tengan “valentía” y apuesten por difundir la literatura latinoamericana por toda la región.
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