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Utilizo las citas célebres por inseguridad, no por pedantería.

Resulta reconfortante descubrir que en Carmen Posadas no hay lugar para el misterio. Al menos en las conversaciones le gusta mostrarse tal y como es: directa, sin dobleces. Para jugar ya tiene la escritura. Justo lo que hace en los relatos incluidos en Literatura, adulterio y una Visa platino (Planeta), su nuevo libro.
¿Son estos relatos un buscado ejercicio de relajación tras la intensidad de Juego de Niños, su último libro?
La verdad es una recopilación de cuentos que he escrito a lo largo de toda mi vida con la que me he divertido bastante. Sobre todo al revisar los más antiguos. Viendo mi evolución, creo que no he cambiado tanto en estos últimos 30 años.

En la introducción da gracias a su padre por haberle descubierto este género.
El relato corto es muy difícil para un escritor. Tienes que crear una situación, unos personajes y una historia y cerrar todo eso en muy pocas páginas. De hecho, el cuento es la quinta esencia de la literatura. Es un poco como la poesía, muy exigente pero a la vez muy estimulante.

¿Entonces se engaña quien piense que los cuentos son sólo cosa de niños?
Absolutamente. Yo soy muy defensora de los cuentos, sobre todo de los clásicos, y por eso me parece una tontería que Disney les cambie los finales. Los cuentos cumplen una misión en la vida de las personas. Te enseñan a enfrentarte a los peligros. Hoy en día, donde todo es dulce y color de rosa, los niños viven en una burbuja de irrealidad.

También es una gran defensora de la frivolidad.
La vida es demasiado seria como para tomársela en serio. Si no le pusiéramos humor, si no le pusiéramos cierto toque frívolo, la veríamos todos como Kafka. Y siempre es mejor reírse que pegarse un tiro.

¿Entonces hay que ser frívolo para, como usted hace en este libro, acercarse a la muerte con humor?
Nunca se me había ocurrido, pero tienes razón. Oscar Wilde, que era el frívolo por excelencia, seguro que se enfrentó muy bien a la muerte. Seguramente mejor que Kafka, que estaba todo el día pensando en ella.

¿Por qué eligió el relato de Literatura, adulterio y una Visa Platino como título para todo el libro?
Porque es llamativo. Además, para todos esos que como bien dices me llaman frívola por hablar de ricos y dinero, pues toma, aquí se lo pongo para que no tengan ninguna duda.

¿A la gente le fastidia tanto que se hable de la gente rica?
No lo sé, hay una visión como de que el escritor tiene que ser de izquierdas, pobre, miserable,maldito, alcohólico y drogadicto. Pues no. Los escritores que han hablado de la frivolidad, como Marcel Proust, son grandes literatos. Y no le vas a sacar los colores a Proust porque fuera un snob.

¿Soluciona más problemas una Visa platino que un psicólogo?
Como dice Mafalda, el dinero no da la felicidad pero se da muy buena maña en imitarla.

Vaya, en la vida, como en sus libros, también es gran seguidora de las citas célebres.
Me gusta compartir con el lector perlas que he ido encontrado por ahí. Cuando alguien se ha tomado la molestia de formular una idea de una manera muy inteligente y muy precisa, para qué me voy aponer yo a reinventarla.

¿No teme que la puedan llamar prepotente por semejante exhibición de conocimientos? Fíjate que yo hago citas por inseguridad, no por pedantería. Me gusta apoyar mis teorías en gente importante.

Tres son las temáticas que resumen este libro: amor, humor y terror. ¿Qué despierta en usted estos sentimientos?
Amor me despierta la gente que quiero, en eso soy bastante convencional. Humor casi todo, veo la gracia a las cosas más serias y trascendentes. Y terror me lo da perder el control. Nunca me desparramo porque no sé que pasaría.

Resulta curiosa la cantidad de protagonistas masculinos en estos cuentos.
Las mujeres tenemos una ventaja sobre los hombres a la hora de escribir. No nos cuesta describirlos porque tenemos más datos por el hecho de vivir en este mundo hecho por y para hombres. Es lo que tiene ser el sexo dominante. Nosotras somos el sexo a descubrir, vosotros sois un libro abierto. O sea, que no os engañamos. La máscara social más patética es aquella que intentamos vender a los demás y no cuela.

Y su máscara, ¿cuál es?
He aprendido a decir todo lo que se me pasa por la cabeza. Antes me cortaba mucho, pero ahora me siento muy cómoda porque es la más natural forma de comportarse.

Fobias
Una vivencia real da origen al relato Las bodas de Margarita, donde una novia se queda encerrada en una cámara frigorífica el día de su boda. A Carmen le pasó lo mismo un verano en casa de unos amigos y pasó tanto miedo que también utilizó la historia para el comienzo de la novela Pequeñas Infamias, con la que ganó el Premio Planeta en 1998. “Es que fue muy tremenda la experiencia.
Encerrada en la nevera apenas unos segundos me di cuenta de que la muerte, además de tremenda, es muy ridícula”.

Influencias
Admite que sus relatos beben de autores como Borges o Roald Dhal, “un maestro que no hace concesiones”.

Caprichos
Carmen Posadas se siente cómoda con la etiqueta de persona frívola. De hecho, reconoce que actúa como tal en bastantes ocasiones. “He hecho tantas frivolidades que no podría enumerarlas.
Una de las últimas fue comprarme en Nueva York unos zapatos carísimos que nunca me he puesto. Más tarde, cuando vi la serie Sexo en Nueva York, me sentí aliviada al ver que no soy la única que se comporta así”.

Claudio M. de Prado
Fuente: Diario ADN. 2 de julio de 2007

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